Uno de los hechos más relevantes en materia de autoconocimiento
y reflexión nacional en 2014 fue el Primer Informe Estado de la Ciencia, laTecnología y la Innovación, coordinado y publicado por el Programa Estado de la
Nación (PEN), que es de lectura obligada de la ciudadanía en general y,
en particular, de las personas que toman decisiones en el gobierno, el sistema
educativo, el sector privado y la academia, tanto la pública como la privada.
Si bien la riqueza de los hallazgos de ese Informe permite el abordaje de muchos temas claves para el desarrollo y la educación nacional, me limitaré en esta entrega a uno de los señalamientos más significativos y preocupantes: el “mínimo desempeño en Matemáticas y Ciencias, según los resultados de las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por su sigla en inglés), de la OCDE [donde] Las diferencias por género son significativas” (Programa Estado de la Nación, 2014, p. 48), y su impacto negativo en el futuro del país.
Ante esa realidad, se indica en ese informe que es indispensable hacer los cambios en los programas de estudio de Matemática en secundaria, así como mejorar las condiciones para elevar el desempeño en las pruebas PISA; también, se considera necesario mejorar la formación inicial y en servicio del personal docente, ampliar e innovar los recursos didácticos y la infraestructura educativa, e investigar las causas del pobre desempeño educativo de la población estudiantil.
Las sugerencias de mejora del Informe son importantes, pero, a mi parecer, adolecen de la misma debilidad que ha caracterizado el abordaje de la calidad de la educación y la formación científica en el país: ver el problema de manera aislada; es decir, obviar que ello encuentra sus raíces en la educación primaria, donde el estudiantado recibe los conocimientos básicos indispensables para enfrentar el proceso de aprendizajes de mayor complejidad teórico-práctica, en particular, el desarrollo del lenguaje, y el primer contacto con los conocimientos básicos de la Matemática, la Lógica y las ciencias básicas. En secundaria estas debilidades se manifiestan, pues es en ella donde la población estudiantil se enfrenta con conocimiento de orden superior y requiere de habilidades cognitivas y metacognitivas de alto nivel. Si las bases para ello no existen, ni el mejor personal docente logrará resultados por encima del promedio actual.
El problema es tan grave que no sólo se expresa en exclusión educativa en la enseñanza media, sino también en el empobrecimiento de la educación superior, donde las carreras de ciencia y tecnología son poco solicitadas y, peor aún, las que menor rendimiento académico presentan. La población que se gradúa de las carreras científicas y tecnológicas, así como en el área de ingeniería es pequeña e insuficiente para el desarrollo endógeno en materia científica y tecnológica, como lo demuestra el pobre desempeño en patentes y aportes de relevancia ante la comunidad científica nacional, regional e internacional (Programa Estado de la Nación, 2014).
Como verán, en un escenario educativo desarticulado, poco efectivo, pobre en el desarrollo de habilidades de pensamiento de alto nivel en la población estudiantil, es poco probable que el país encuentre un norte en el contexto mundial y se encamine al futuro con pasos ciertos y seguros, para sumarse con eficiencia y efectividad en una sociedad del conocimiento, donde la actividad económica capitalice los logros locales en ciencia y tecnología, en aras del bien común y el desarrollo sostenible.
Como señalaron Vigotsky y Piaget, el lenguaje es una capacidad humana clave en el desarrollo adecuado del pensamiento y las habilidades cognitivas. Desde esta perspectiva, en educación primaria es fundamental que se garantice que el estudiantado es competente en el uso de lenguaje en los tres niveles que ello implica: lectura, escritura y expresión oral. Asimismo, en esa etapa de la vida es en la que se inscriben los fundamentos de epistemología genética básicos para el pensamiento abstracto y las habilidades cognitivas y metacognitvas, donde el conocimiento en Lógica y Matemática son fundamentales. Si esto no se logra en preescolar y primaria, es poco probable que el estudiantado tenga un adecuado desempeño en la formación secundaria y, en consecuencia, que acceda a la educación superior y logre los niveles de desempeño académico necesarios en carreras de ciencia y tecnología.
Aunque parezca increíble… con las condiciones actuales de la educación costarricense tampoco en el campo de las ciencias sociales habrá buen desempeño, porque son disciplinas que tienen un complejo entramado epistemológico y teórico. Como docente en los campos de la Filosofía, la Educación, la Administración Universitaria y Educativa, y la Psicología, me constan las profundas debilidades del estudiantado en pensamiento abstracto y comprensión de marcos teóricos en las ciencias sociales. También, con pesar, me constan los problemas de expresión oral, escrita y de lectura en estudiantes en educación superior de grado y posgrado de distintas áreas del conocimiento científico en ciencia sociales; en particular, en las Ciencias de la Educación.
Ciertamente, el cambio en la educación científica y tecnológica está atravesado por diversos factores y determinantes; entre ellos, la revisión profunda del enfoque pedagógico y los planes de estudios desde preescolar hasta la educación superior de grado y posgrado, la formación de formadores y formadoras en universidades públicas y privadas, y la evaluación y la formación en servicio del personal docente en todos los niveles.
El Ministerio de Educación Pública (MEP), así como las universidades públicas y privadas, en conjunto con sus entes rectores, tienen una enorme deuda con el país. También, el sector privado muestra serias debilidades en materia de Investigación y Desarrollo e Innovación (I+D+i) (Programa Estado de la Nación, 2014). Mientras las personas que toman decisiones en esos sectores no asuman con la seriedad del caso los aportes del PEN; en especial, de los informes del Estado de la Educación, el Estado de la Nación y del Primer Informe Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, poco aportan iniciativas aisladas como el cambio en los programas de Matemática de secundaria… Ojalá podamos ver pronto que estos actores y actoras se sientan juntos y ponen sobre la mesa los hallazgos de investigación disponibles sobre la realidad nacional, para que tomen las decisiones que corresponde, antes de que nuestros indicadores educativos, científicos y socioeconómicos alcancen a los países más pobres y deteriorados de la región. No tenemos excusas, porque la información existe, los datos están disponibles y las evidencias son muchas... ¿Qué les parece?
Referencias bibliográficas
Programa Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible. (2014). Primer Informe Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Disponible en: http://www.estadonacion.or.cr/ecti/
Programa Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible. (2013). Cuarto Informe Estado de la Educación. Disponible en: http://www.estadonacion.or.cr/estado-educacion/educacion-informe-ultimo
Programa Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible. (2014). Primer Informe Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Disponible en: http://www.estadonacion.or.cr/ecti/
Programa Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible. (2013). Cuarto Informe Estado de la Educación. Disponible en: http://www.estadonacion.or.cr/estado-educacion/educacion-informe-ultimo