miércoles, 31 de diciembre de 2014

Algunas reflexiones sobre el 2014

Uno de los hechos más relevantes en materia de autoconocimiento y reflexión nacional en 2014 fue el Primer Informe Estado de la Ciencia, laTecnología y la Innovación, coordinado y publicado por el Programa Estado de la Nación (PEN), que es de lectura obligada de la ciudadanía en general y, en particular, de las personas que toman decisiones en el gobierno, el sistema educativo, el sector privado y la academia, tanto la pública como la privada.

Si bien la riqueza de los hallazgos de ese Informe permite el abordaje de muchos temas claves para el desarrollo y la educación nacional, me limitaré en esta entrega a uno de los señalamientos más significativos y preocupantes: el “mínimo desempeño en Matemáticas y Ciencias, según los resultados de las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por su sigla en inglés), de la OCDE [donde] Las diferencias por género son significativas” (Programa Estado de la Nación, 2014, p. 48), y su impacto negativo en el futuro del país.

Ante esa realidad, se indica en ese informe que es indispensable hacer los cambios en los programas de estudio de Matemática en secundaria, así como mejorar las condiciones para elevar el desempeño en las pruebas PISA; también, se considera necesario mejorar la formación inicial y en servicio del personal docente, ampliar e innovar los recursos didácticos y la infraestructura educativa, e investigar las causas del pobre desempeño educativo de la población estudiantil.

Las sugerencias de mejora del Informe son importantes, pero, a mi parecer, adolecen de la misma debilidad que ha caracterizado el abordaje de la calidad de la educación y la formación científica en el país: ver el problema de manera aislada; es decir, obviar que ello encuentra sus raíces en la educación primaria, donde el estudiantado recibe los conocimientos básicos indispensables para enfrentar el proceso de aprendizajes de mayor complejidad teórico-práctica, en particular, el desarrollo del lenguaje, y el primer contacto con los conocimientos básicos de la Matemática, la Lógica y las ciencias básicas. En secundaria estas debilidades se manifiestan, pues es en ella donde la población estudiantil se enfrenta con conocimiento de orden superior y requiere de habilidades cognitivas y metacognitivas de alto nivel. Si las bases para ello no existen, ni el mejor personal docente logrará resultados por encima del promedio actual.

El problema es tan grave que no sólo se expresa en exclusión educativa en la enseñanza media, sino también en el empobrecimiento de la educación superior, donde las carreras de ciencia y tecnología son poco solicitadas y, peor aún, las que menor rendimiento académico presentan. La población que se gradúa de las carreras científicas y tecnológicas, así como en el área de ingeniería es pequeña e insuficiente para el desarrollo endógeno en materia científica y tecnológica, como lo demuestra el pobre desempeño en patentes y aportes de relevancia ante la comunidad científica nacional, regional e internacional (Programa Estado de la Nación, 2014).

Como verán, en un escenario educativo desarticulado, poco efectivo, pobre en el desarrollo de habilidades de pensamiento de alto nivel en la población estudiantil, es poco probable que el país encuentre un norte en el contexto mundial y se encamine al futuro con pasos ciertos y seguros, para sumarse con eficiencia y efectividad en una sociedad del conocimiento, donde la actividad económica capitalice los logros locales en ciencia y tecnología, en aras del bien común y el desarrollo sostenible.

Como señalaron Vigotsky y Piaget, el lenguaje es una capacidad humana clave en el desarrollo adecuado del pensamiento y las habilidades cognitivas. Desde esta perspectiva, en educación primaria es fundamental que se garantice que el estudiantado es competente en el uso de lenguaje en los tres niveles que ello implica: lectura, escritura y expresión oral. Asimismo, en esa etapa de la vida es en la que se inscriben los fundamentos de epistemología genética básicos para el pensamiento abstracto y las habilidades cognitivas y metacognitvas, donde el conocimiento en Lógica y Matemática son fundamentales. Si esto no se logra en preescolar y primaria, es poco probable que el estudiantado tenga un adecuado desempeño en la formación secundaria y, en consecuencia, que acceda a la educación superior y logre los niveles de desempeño académico necesarios en carreras de ciencia y tecnología. 

Aunque parezca increíble… con las condiciones actuales de la educación costarricense tampoco en el campo de las ciencias sociales habrá buen desempeño, porque son disciplinas que tienen un complejo entramado epistemológico y teórico. Como docente en los campos de la Filosofía, la Educación, la Administración Universitaria y Educativa, y la Psicología, me constan las profundas debilidades del estudiantado en pensamiento abstracto y comprensión de marcos teóricos en las ciencias sociales. También, con pesar, me constan los problemas de expresión oral, escrita y de lectura en estudiantes en educación superior de grado y posgrado de distintas áreas del conocimiento científico en ciencia sociales; en particular, en las Ciencias de la Educación.

Ciertamente, el cambio en la educación científica y tecnológica está atravesado por diversos factores y determinantes; entre ellos, la revisión profunda del enfoque pedagógico y los planes de estudios desde preescolar hasta la educación superior de grado y posgrado, la formación de formadores y formadoras en universidades públicas y privadas, y la evaluación y la formación en servicio del personal docente en todos los niveles.

El Ministerio de Educación Pública (MEP), así como las universidades públicas y privadas, en conjunto con sus entes rectores, tienen una enorme deuda con el país. También, el sector privado muestra serias debilidades en materia de Investigación y Desarrollo e Innovación (I+D+i) (Programa Estado de la Nación, 2014). Mientras las personas que toman decisiones en esos sectores no asuman con la seriedad del caso los aportes del PEN; en especial, de los informes del Estado de la Educación, el Estado de la Nación y del Primer Informe Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, poco aportan iniciativas aisladas como el cambio en los programas de Matemática de secundaria… Ojalá podamos ver pronto que estos actores y actoras se sientan juntos y ponen sobre la mesa los hallazgos de investigación disponibles sobre la realidad nacional, para que tomen las decisiones que corresponde, antes de que nuestros indicadores educativos, científicos y socioeconómicos alcancen a los países más pobres y deteriorados de la región. No tenemos excusas, porque la información existe, los datos están disponibles y las evidencias son muchas... ¿Qué les parece?



Referencias bibliográficas 

Programa Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible. (2014). Primer Informe Estado de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación. Disponible en: http://www.estadonacion.or.cr/ecti/ 

Programa Estado de la Nación en Desarrollo Humano Sostenible. (2013). Cuarto Informe Estado de la Educación. Disponible en:  http://www.estadonacion.or.cr/estado-educacion/educacion-informe-ultimo

domingo, 30 de noviembre de 2014

¿Quiénes se benefician con una mala educación pública?

Es común que se mantenga un discurso en "positivo" de la Educación pública, haciendo referencia a sus beneficios e importancia en el desarrollo personal, socioeconómico, cultural y democrático de los pueblos; no obstante, el "otro lado" de ese discurso ofrece la oportunidad de llevar la reflexión a otros niveles, debido a que, lamentablemente, el tema suele politizarse desde diferentes posturas ideológicas y llevarse a niveles demagógicos que rayan entre el cinismo y el idealismo ingenuo.

Desde la década de 1980, con la reversión del Estado Benefactor o Estado de Bienestar, en los países en vías de desarrollo e, incluso, en países desarrollados que habían mostrado una vocación socialdemócrata en su historia desde la Era Industrial, el financiamiento de la educación pública se ha visto seriamente amenazado y cuestionado por sectores y grupos de presión internos y externos. En general, el discurso que lo cuestiona plantea que ella conlleva costos excesivos para el Estado que no se deben financiar con recursos públicos, tradicionalmente, provenientes de la recaudación de impuestos; en consecuencia, éstos deben ser asumidos por las personas a título privado.

Con el fortalecimiento de las tesis capitalistas y liberales originales en los últimos 40 años, conocidas como "neoliberalismo", el tema de las cargas impositivas que suponen los impuestos ha cobrado fuerza y los grupos económicos privados pequeños y poderosos presionan a los gobiernos para que los exonere del pago de impuestos, a partir del argumento de que ellos constituyen un freno a la economía de mercado y una distorsión a sus principales fuerzas: la oferta y la demanda. Este debate abrió la discusión entre bienes y servicios de interés público y privado, y las implicaciones que su definición tiene en términos de quiénes deben asumir los costos de producción y, por ende, de quienes tienen acceso a ellos y sus beneficios.

Desde sus orígenes en la Era Industrial, la Educación se consideró un bien público y, por consiguiente, de interés y responsabilidad directa del Estado. Al ser concebida de esa forma, debe financiarse por medio del pago de impuestos y tutelarse a través de un marco jurídico específico y articulado, capaz de garantizar el acceso y la calidad de la formación, desde preescolar hasta la universidad. Desde este punto de vista, se la considera obligatoria, está normada en materia docente, curricular y académica, y los títulos que otorga son de reconocimiento público.

El deterioro progresivo en el financiamiento de la Educación pública obedece a la fuerza creciente de la tendencia ideológico-política neoliberal, que socaba las bases de la calidad, pertinencia y equidad de los servicios públicos en general y de la educación pública en particular. Esto ha generado varios fenómenos de índole perversa, como los siguientes:

  1. Los sectores más pobres y, en consecuencia, las poblaciones más vulnerables son las menos escolarizados; entre ellas, quienes acceden a la educación pública en el nivel de primaria y secundaria, se forman con baja calidad académica por las características del personal docente que se les asigna y las condiciones de infraestructura educativa limitada; en particular, los sectores rurales, indígenas y urbanomarginales. Evidencias de esto se encuentran los informes I, II, III y IV del Estado de la Educación.
  2. Las presonas que egresan del sistema de educación pública tienen menos oportunidades de acceso y permanencia en el sistema de educación superior pública; razón por la cual, es la población que mayor endeudamiento presenta para financiar carreras en el sistema de educación superior privada. En el caso de Costa Rica, la Comisión Nacional de Préstamos para Educación (CONAPE) evidencia los perfiles de la población que aplica por créditos para finaciar la educación superior privada. Esto implica que una gran parte de la población costarricense de menores ingresos debe pagar sus estudios universitarios mediante créditos personales y queda excluida de los beneficios de la educación pública.
  3. La población estudiantil proveniente de las familias de más altos ingresos se ve especialmente beneficiada con el sistema de admisión y las becas de las universidades públicas, generalmente, por su excelente rendimiento académico, lo que implica que la sociedad costarricense financia en buena medida la educación superior de los sectores sociales más ricos de la población.
  4. Mientras los sectores más ricos de la población proceden, en su mayoría, de instituciones de secundaria privadas, una buena parte accede a la educación superior pública que, generalmente, implica costos menores que la enseñanza secundaria para las familias. Lo contrario ocurre con la mayoría de la población graduada de la secundaria pública, pues al no acceder a la educación superior pública, deben pagar sus estudios superiores con rentas propias o créditos personales.
  5. En Costa Rica, la calidad de las universidades públicas supera en muchos casos la oferta educativa del sector privado, pero ocurre lo contrario en educación media, donde el ámbito privado supera ampliamente la calidad, rendimiento académico y promoción del estudiantado si se le compara con el público.
Como pueden observar, estas paradojas perversas impactan de manera decisiva las oportunidades de acceso y permanencia en la educación superior pública de sectores sociales muy distintos: la población más rica y la más pobre y vulnerable. Pero, entonces, ¿a quién beneficia una mala educación pública? Esta pregunta es difícil hacerla, pero es fácil de responder. La mala educación pública beneficia a la economía perversa o sumergida (trafico de personas, armas y drogas, contrabando de bienes de consumo), las migraciones irregulares de personas en busca de mejores oportunidades de empleo, que contribuyen al deterioro cada vez mayor de las condiciones del trabajo y los salarios, favoreciendo la contratación de mano de obra calificada y no calificada barata. La baja escolaridad también beneficia a los políticos y gobiernos corruptos, y contribuye de manera significativa a la economía informal, donde no se pagan impuestos, pero tampoco se accede a los beneficios de la seguridad social.

Lo trágico del discurso neoliberal sobre el cobro de impuestos y la ideología que le subyase conlleva la destrucción del balance de ingresos y egresos del Estado, que se traduce en deterioro sistemático de la calidad de vida de todos los sectores sociales. Paradójicamente, nadie se beneficia cuando no se pagan impuestos: los sectores más pobres se empobrecen aún más y los más ricos, pese a que incrementan sus ingresos, ven disminuidas sus ganancias porque deben invertir más recursos en seguridad privada, pues se vuelven más vulnerables a los robos y otros delitos de esa naturaleza. Si el estado no hace una adecuada distribución de la riqueza, la lógica social perversa inclina la balanza de manera delictiva y destruye el tejido social que hace reproducibles los sistemas sociales. El crimen organizado involucra muchos sectores económicamente poderosos, pero se nutre de cuadros y recursos humanos que proceden de los estratos sociales más bajos y con menor nivel educativo.

Los grandes ganadores de la mala educación pública son odiados y repudiados por todos, y alimentan las pesadillas más horrorosas de nuestro tiempo, poniéndole al apocalipsis en ciernes tonos de retorno a la barbarie y reversión de todos los logros civilizatorios de los que hoy nos sentimos francamente orgullosos. No obstante, somos sus cómplices indiferentes, mientras disfrutamos del fútbol nacional e internacional, y creemos que el mundo es como debe ser y que nada de lo que hagamos podrá cambiar el signo de nuestros tiempos.

Lo más irónico del discurso contemporáneo en torno a los impuestos es que sin ellos el Estado de Derecho y todo lo que hoy conocemos como civilización posmoderna no es viable... Sigo sin entender cómo pretenden algunos políticos, empresarios y una buena parte de la ciudadanía financiar la educación, la salud, la infraestructura y la seguridad pública... Si encuentran la respuesta, por favor, háganmela saber... ¿Qué les parece?


viernes, 31 de octubre de 2014

Educación en la Modernidad líquida: algunas tesis de Zygmunt Bauman


El filósofo y sociólogo polaco Zygmunt Bauman, en un breve ensayo titulado Los retos de la Educación en la Modernidad líquida, publicado por primera vez en 2005 -con reimpresión en español en 2014 de editorial Gedisa- plantea algunas tesis interesantes sobre el carácter que ella adquiere en nuestro tiempo. Con ese propósito, puntualiza los aspectos que considera claves y característicos de la Modernidad contemporánea, a la que agrega el adjetivo de "líquida", porque afirma que los modelos, valores, creencias y prácticas generales de vida que caracterizaron la Modernidad heredada de la Era Industrial y el ascenso del Capitalismo, se transformaron de manera radical; entre ellos, señala los siguientes cambios:

  1. La primacía de los "atajos", entendidos como formas de privilegio para acceder al mercado de bienes y servicios asociados a cosas materiales y actividades que "antes había que hacer y ahora se pueden comprar". Tareas consideradas molestas, incómodas y que consumían tiempo valioso, hoy se pueden adquirir si se tiene el dinero para ello. Cita como ejemplos, aspectos tan básicos como preparar los alimentos, pelar una fruta o la limpieza doméstica.
  2. El síndrome de la impaciencia caracteriza a la ciudadanía promedio en el mundo postcapitalista, donde esperar es insoportable. El urgente deseo de satisfacer las necesidades y aspiraciones de manera inmediata ha hecho que la postergación sea inadmisible. Asimismo, la espera y la dilación son sinónimos de inferioridad... La gente común hoy no espera, esa es una realidad que solo afecta a personas marginadas y pobres.
  3. El compromiso con otras personas, lugares de trabajo y otros grupos es un cliché, ya que perdió sentido e interés, especialmente en las generaciones más jóvenes. La gente mayor de 50 años considera increíble la imposibilidad de comprometerse y encontrar sentido a la solidaridad en las personas jóvenes, en particular, en sus hijos, hijas, nietos y nietas. La brecha de este valor entre jóvenes y adultos medios y mayores es insalvable, en términos de esos principios que dieron significado a las relaciones más íntimas en la "era dorada" de la Modernidad sólida.
  4. El tiempo y su trasncurrir inevitable generan un profundo malestar, pues ratifica cosas que no aceptamos en una época donde el dinero permite acceder a todos los placeres y caprichos; en particular, la caducidad de las cosas, la decadencia física, el envejecimiento y la muerte. No en vano una de las industrias más exitosas y rentables en la actualidad es la estética en todas sus facturas, desde la cosmética hasta la cirugía plástica, pasando por la moda, las modificaciones corporales y el maquillaje.
  5. El aceleramiento del tiempo vital, el síndrome de impaciencia, la falta de compromiso y la insoportable persistencia del tiempo en su transcurrir hacen que el consumo adquiera un sentido sustitutivo de todo lo que trivializa y limita el disfrute en el "aquí y el "ahora". No obstante, la tendencia contemporánea es que en el momento en que una mercancía es adquirida, pierde el gusto y la gloria de lo "nuevo", replicando el comportamiento de la indestructibilidad del deseo que descubrió y analizó Freud, para convertirnos en máquinas deseantes insaciables -de acuerdo con las tesis de Gilles Deleuze y Félix Guattari.
En esta nueva era, donde lo que antes tenía forma y sentido se desdibuja y resignifica de acuerdo con cada persona, lugar y circunstancia, la Educación no escapa a las paradojas y misterios que acompañan el signo de los tiempos y ha adquirido -con más o menos claridad- el carácter de mercancía. Como tal, puede ser comprada y ya no constituye una experiencia única, donde la persona se construye a sí misma y significa el conocimiento y la cultura por medio de procesos que se extienden a lo largo de la vida. 

La Educación-mercancía se expresa de manera contemporánea en el acortamiento de los tiempos de formación, la cantidad de opciones en educación secundaria y superior, y la rapidez que la caracteriza. Paradójicamente, esto se traduce en una creciente pérdida de valor de los títulos y grados académicos; pero, peor aún, en una triste realidad: el pobre desempeño académico y cultural, acompañado de poco desarrollo de las habilidades cognitivas de alto nivel y la metacognición. Así las cosas... tenemos gente titulada que no sabe nada, pero no sabe que no sabe... Triste realidad que se hace presente en la forma como habla el promedio de la gente y la escasa cultura general que se evidencia cuando se confunde el significado de palabras simples y cotidianas, y se desconocen hechos históricos y acontecimientos contemporáneos nacionales e internacionales.

No sin pesar, como docente universitaria he comprobado esta situación en cursos de grado y posgrado, donde el estudiantado se niega de manera radical a pensar, leer, razonar y escribir. A veces pienso que esta negativa pasa por un reconocimiento tácito de su incapacidad para hacerlo... Otro factor que se asocia a este fenómeno es el plagio, donde la premura y la pereza convergen, para no perder el tiemo leyendo y comprendiendo un texto, para luego exponer las ideas principales... peor aún, para exponer con claridad las ideas propias.

En Costa Rica, las universidades públicas y privadas se suman al aceleramiento de la formación y a la educación-mercancía, ofreciendo títulos de grado y posgrado a través de cursos bimensuales o cuatrimestrales, contradiciendo todas las teorías más importantes sobre el aprendizaje. La mente se construye por medio de procesos que suponen actividades que favorecen el desarrollo cognitivo, metacognitivo y sociocultural. En síntesis... la calidad de la formación producto de la educación auténtica "no sale como premio en cajas de cereal" ni en ofertas de "viernes negro".

Siguiendo a Bauman, es legítimo hablar en la actualidad de crisis en la Educación, pero ella reviste un nuevo carácter:

La historia de la educación está plagada de períodos críticos en los cuales se hizo evidente que las premisas y estrategias probadas y aparentemente confiales habían perdido contacto con la realidad y exigían ajustes o una reforma. Con todo, aparentemente la crisis actual es diferente al pasado. Los retos actuales están golpeando duramente la esencia misma de la idea de educación tal como se la concibió en el umbral de la larga historia de la civilización: hoy está en tela de juicio lo invariable de la idea, las características constitutivas de la educación que hasta ahora habían soportado todos los retos del pasado y habían emergido ilesas de todas las crisis. Me refiero a los supuestos nunca antes cuestionados y mucho menos sospechosos de haber perdido vigencia, con lo cual, necesariamente, deberían reexaminarse y reemplazarse. (Bauman, 2014, pp. 27-28)  

¿Perdió vigencia la Educación? Ustedes dirán... A mi parecer, en la actualidad se confunde titularse con aprender y enseñar con facilitar títulos... En una época donde olvidamos el sentido de la enseñanza y el aprendizaje auténticos, sólo nos queda una trágica puesta en escena de la Educación, donde construimos y reconstruimos una farsa que ya pasa su factura a millones de seres humanos y a muchos pueblos. Los ciudadanos y ciudadanas más educados del mundo viven en los países con mayor desarrollo educativo y, en consecuencia, con mayor desempeño académico: los países nórdicos. En Islandia, para citar un ejemplo, las personas leen en promedio 42 libros al año sobre temas no relacionados con sus deberes académicos..., revisen las cifras en Costa Rica y hagan la aritmética del caso. Las consecuencias son obvias en desarrollo económico, civismo, paz social, índices de criminalidad común y organizada y, por supuesto, en la calidad de la vida cultural, así como en la felicidad y bienestar de las personas y comunidades.

La mercantilización del conocimiento y del acceso a él son el pivote del fracaso educativo contemporáneo (Bauman, 2014); más aún, son el marco explicativo de fondo del fracaso de nuestra civilización en materia de paz social, autocuidado, cuidado del medioambiente, equidad y justicia, respecto a los derechos humanos y sentido de la existencia personal y social.

En el dilema contemporáneo que se cierne entre la inmediatez y la satisfacción sin postergaciones, la educación se tambalea en sus cimientos: construir el "núcleo duro", el "eje" vertebrador de la mente y la existencia humana y, en consecuencia, de la sociedad. Civilización o caos, sujeto o "máquina deseante" agobiada ante la inagotable fuente de mercancías se enfrentan en un nuevo cambio civilizatorio que definirá, más allá del futuro de la Educación, el futuro de nuestra especie... ¿Qué les parece?


Referencias bibliográficas 


Bauman, Z. (2014). Los retos de la Educación en la Modernidad líquidad. España: Gedisa.




martes, 30 de septiembre de 2014

Caos y más caos en el caos: paradojas en la gestión pública en los países en vías de desarrollo en la Sociedad de la Información y el Conocimiento


En los últimos 50 años las tendencias en la gestión de las organizaciones evolucionaron de un enfoque funcionalista hacia uno sistémico. En el funcionalista, se asume que las organizaciones están compuestas por departamentos jerárquicamente establecidos, donde el trabajo es compartimentado y fragmentado, y los elementos involucrados (personas, tareas y procesos, entre otros) y los resultados del trabajo de cada departamento no se relacionan entre sí. El efecto indirecto y no previsto de las interrelaciones de los componentes de la organización no se considera central en modelos de este tipo, pues su existencia no se pondera ni se cree necesaria.

El segundo enfoque ha ganado fuerza durante las últimas décadas, ante la creciente complejidad de las organizaciones, la velocidad del cambio científico-tecnológico, las transformaciones en los procesos de producción, almacenamiento y diseminación de información, y el creciente impacto de nuevas variables socioculturales y políticas. Al contrario del funcionalista, este enfoque parte del supuesto de que las organizaciones son sistemas complejos, donde la independencia de los componentes es relativa, por lo que sus interrelaciones generan todo tipo de efectos no previstos y, en muchos casos, no deseados. Esta situación-problema sólo se puede resolver considerando la información más pertinente disponible, lo cual exige una gestión estratégica y operativa de ella, capaz de dar cuenta de esos cambios de manera oportuna y de ajustar la organización a ellos en el menor tiempo posible. 

En el enfoque sistémico de gestión, las Tecnologías de Información (TI) son herramientas claves para apoyar la toma de decisiones y superar las metodologías tradicionales propias de las organizaciones burocráticas, basadas en “diferentes aplicaciones y sistemas, construidos con tecnologías heterogéneas, utilizando múltiples bases de datos, y ejecutándose en varias plataformas” (Noy y Pérez, 2013, p. 2). En organizaciones de tal tipo, los desfases se profundizan debido a que los objetivos estratégicos y el trabajo operativo no están alineados, ni se comunican adecuadamente con los proveedores y usuarios de la información esencial para la adecuada toma de decisiones. 

En el enfoque de la gestión sistémica, los procesos de trabajo se deben conocer, documentar y articular para lograr el control y debido entendimiento de sus fortalezas, debilidades, vacíos y áreas de mejora. Se asume, entonces, que el adecuado conocimiento de estos procesos y de sus resultados reales permite una adecuada toma de decisiones y, por ende, la mejor utilización de las habilidades de las personas y los recursos disponibles de naturaleza financiera, tecnológica y organizacional. 

En la actualidad, es común que se señalen problemas como “la mala gestión”, “faltas y omisiones en la toma de decisiones”, “la ineficiencia e ineficacia”, “la descoordinación”, “la desarticulación”  y “la falta de controles”, entre otros males, como causas del desastre en la administración pública en los países en vías de desarrollo. Para ejemplo de ello, nuestro país que, literalmente, se “cae a pedazos” como resultado de todos esos problemas, a los que se suman una implacable y creciente corrupción y la incapacidad propagada en la administración pública. En un escenario así, es poco probable que alcancemos en el corto plazo niveles aceptables en infraestructura vial y aeroportuaria, servicios públicos, educación, legislación, seguridad jurídica y ciudadana, y salud. 

El menoscabo generalizado en la Administración Pública se manifiesta en el deterioro sistemático de las bases de la vida en Democracia, de la que perviven aspectos formales que se confabulan y entrecruzan con una economía globalizada (Drucker, 1999) y claramente neoliberal, donde poco interesa el bien común, la conservación ambiental, la justicia social, el respeto a los Derechos Humanos y la adecuada distribución de la riqueza. Los ejemplos del desequilibrio en los ingresos en los países y regiones se profundiza, con el agravante de que cada vez más personas caen bajo la línea de pobreza, muy pocos escalan a la categoría de ricos y menos aún a la de multimillonarios. 

En ese contexto, en Costa Rica han salido a la luz pública en los últimos meses graves problemas de gestión que pasan su onerosa factura con la respectiva pérdida en la calidad de los servicios de interés nacional, que nos ponen ante una crisis que atraviesa todos los sectores estratégicos de las sociedades contemporáneas: seguridad jurídica, salud, educación, infraestructura, equidad e inclusión social. 

Ante una situación que parece “sin salida”, el gobierno entrante trata de sacar el “agua del bote” frente a una ciudadanía agotada de esperar y sufrir en carne propia, día tras día, las consecuencias de más de treinta años de mala gestión pública y de actos descarados de corrupción, cuyos montos aumentan año a año, sin que el sistema judicial sea capaz de sentar precedentes y detener la escalada de la impunidad. 

Los poderes de la República, en particular el Legislativo, se debaten en crisis internas y pierden credibilidad ante la ciudadanía, que encuentra en quienes deben velar por el desarrollo nacional y su calidad de vida, los principales hacedores de los daños en medio de cinismos, luchas partidarias, egos inacabables, insensateces y leyes enmarañadas que, como en la novela de Kafka El Castillo, en lugar de llevarnos a algún lugar, nos alejan de nuestros propósitos entre más caminamos y nos empeñamos en ellos…

Este panorama sombrío se expresa en un macrosistema de administración pública que se asfixia entre la falta de información, el mal uso de ella y la peor capacidad de producirla, almacenarla y ponerla a disposición de sus potenciales usuarios y usuarias. Una de las paradojas más escalofriantes de nuestro tiempo es que en la Era de la Información, ella se presenta como uno de los problemas más graves a atender, pues no es valiosa por sí misma ni se produce de manera espontánea; para ello, se deben crear sistemas robustos de información con ayuda de las TI, que garanticen su fiabilidad, oportunidad y calidad, para orientar la toma de decisiones en todos los niveles. Esto es válido tanto para las grandes organizaciones públicas y privadas, como para las medianas y pequeñas, llegando incluso hasta el nivel familiar y personal.

El universo kafkiano en materia de información para orientar la toma de decisiones en el sector público se extiende a niveles inauditos. Por ejemplo, es común que se asfalte una calle llena de huecos y a los pocos días aparezcan cuadrillas del ICE o A y A para hacer reparaciones que abren nuevos huecos, que requieren de meses e incluso años para ser asfaltados. La simplificación de trámites y el gobierno digital no llegan y la ciudadanía tiene que enfrentarse a un “infierno” de incoherencias y desconocimiento en las instituciones involucradas en ellos, que demandan tiempo, paciencia y, sobre todo, resignación. La Planificación Estratégica, la oportunidad, la eficacia y la eficiencia no son viables en sistemas desorganizados y carentes de información para reducir complejidad. Esta falta de racionalidad y sentido en la gestión pública produce caos en el caos, vuelve más costosos y deteriorados los malos servicios que presta el Estado y, peor aún, menoscaba la calidad de vida de funcionarias y funcionarios públicos y de la ciudadanía en general. 

Como verán, un sistema administrativo donde la irracionalidad se impone a cualquier argumento y buena intención sólo se puede cambiar si se entiende como un problema estructural y, en consecuencia, como una suma de situaciones de índole cualitativa más que cuantitativa o de forma. Encontrar la causa de los problemas y resolverlos de manera adecuada implica, además de voluntad política y recursos, gente capacitada y cambios culturales y funcionales profundos, que arrasarán con la zona de confort de muchos sectores y grupos de presión públicos y privados. Tal cosa supone la toma de decisiones clara y bien fundamentada, y las acciones para implementarlas.

La mejora en la gestión pública no es sencilla ni posible en el corto plazo; no obstante, es impostergable. Para empezar, se requiere de sistemas de información robustos y articulados, que permitan a las instituciones públicas trabajar de manera coordinada a lo interno y entre ellas, de personal altamente capacitado y con ética, así como de la implementación de procesos de toma de decisiones con base en datos e información. Esto aplica en todos los sectores. No es posible que uno de los hospitales públicos más grandes del país, como el Hospital México, paralice servicios de cirugía por problemas de mantenimiento eléctrico en los quirófanos, ni que el sector educativo vaya a una huelga de varias semanas debido a problemas recurrentes en el sistema informático de pago de salarios.

Los sistemas de información de la administración pública obsoletos, que no se ajustan en forma estructural y tecnológica, corren el riesgo de que la incorporación de nuevas tecnologías de información agudice el caos en lugar de reducirlo. El vino nuevo se malogra en odres viejos… Ojalá que esta época donde la administración pública toca fondo en Costa Rica, permita a las nuevas autoridades hacer los cambios que corresponde en los niveles que se requiere, con la celeridad y la valentía que ello implica. Ojalá que una ciudadanía agotada y sin esperanza tenga la capacidad de sumarse al cambio y no a obstaculizarlo, y que como sociedad tengamos la honradez de aceptar que tantos años de indiferencia y negligencia ciudadana deben compensarse con civismo, pago honrado de impuestos y obligaciones sociales, y responsabilidad social. ¿Qué les parece?


Referencias bibliográficas

Drucker, P. (1999). La sociedad poscapitalista. Buenos Aires: Sudamericana.

Noy, P. y Pérez, Y. ( 2013). La actualidad de la Gestión de Procesos de Negocio: Business Process Management (BPM). Disponible en: http://renia.cujae.edu.cu/index.php/revistacientifica/article/view/66/54

miércoles, 30 de julio de 2014

La niñez y sus implicaciones: grandes lecciones que van más allá de cualquier cuaderno

En ocasión del festival de cine europeo en cartelera en el Magaly del 16 al 31 de julio, tuvimos acceso en San José a excelentes películas y a un espacio poco usual para presenciar el abordaje cinematográfico de maestros y maestras del séptimo arte, que nos invitan a reflexionar sobre temas viejos y nuevos, que nos colocan frente a historias cuya magnitud, alcance e implicaciones éticas, estéticas, culturales, ideológicas, sociales y político-económicas, nos remiten a un nivel de realidad que trasciende épocas, hechos históricos concretos y situaciones posibles por inverosímiles que parezcan.

Una de las películas que más me impactó fue El gran cuaderno, del cineasta húngaro János Szász, que es una adaptación de la novela del mismo título de la escritora húngara Agota Kristof, publicada en 1986, traducida a más de treinta idiomas y galardonada con el Premio Europeo de Literatura Francesa. La historia se inscribe en la Segunda Guerra Mundial, en un pueblo fronterizo de Hungría, cuyo nombre no se determina, que colinda con un campo de exterminio nazi. A poca distancia de la frontera vive una anciana cruel y endurecida por la vida en el campo, que se ve obligada a recibir a sus nietos gemelos, que tienen entre 12 y 14 años, dejados allí por su madre como último recurso debido a las vicisitudes de la guerra y a que el padre se enlista en el ejército.

Este acontecimiento pone a los hermanos frente a una profunda violencia de doble naturaleza: la de la guerra y la de su abuela. Más allá de los horrores propios de ese período histórico y de los abusos de poder y opresión del nazismo, la película se centra en los niños que sufren un proceso auto infligido de aniquilación de su humanidad, entendido y asumido por ambos como la única posibilidad de sobrevivir en medio del abandono de sus padres, la deshumanización generalizada, la miseria, el hambre, el miedo, la muerte y la destrucción del tejido social.

La película es meticulosa al mostrar cómo los niños asumen su nueva realidad y deciden sobrevivir, comprendiendo que la nobleza, la bondad, la generosidad, la belleza y el amor no son opciones en un mundo donde prevalecen la locura, la muerte y el poder “ilimitado” e irracional de los más fuertes. Aprenden juntos, tomándose uno al otro como medio, a tolerar el dolor, el hambre, el miedo, la angustia y, sobre todo, la indiferencia ante el dolor propio y ajeno. Matar insectos, animales pequeños y gallinas, se convierten en formas adecuadas de aprendizaje, que se suman a insultos mutuos constantes y a enfrentar con valentía la maldad, crueldad y perversión de los vecinos, los nazis y de su propia abuela. La meta era tolerar el dolor físico y psicológico, ser capaces de la más absoluta indiferencia ante la muerte para no caer en la inmovilidad del miedo; todo ello, registrado en un cuaderno que su padre les obsequia antes de separarse, donde les pide que anoten todo lo que les ocurra mientras estén lejos.

Pese a sus logros y esfuerzos, sobre la marcha los niños descubren que siguen siendo vulnerables, pues no son capaces de dejar de amarse y, en consecuencia, de necesitarse y temer por la vida y seguridad del otro. Ante esa verdad terrible en ese contexto social y familiar, entienden que nada de lo que hagan les va a permitir ser indiferentes al sufrimiento o la muerte del otro, y empiezan a planear su última tarea con una frialdad y eficiencia implacables. La conciencia de su vulnerabilidad lleva a los niños a tomar una decisión insólita, terrible en sus significados e implicaciones: separarse, como la última gran prueba en su proceso sistemático de deshumanización e insensibilización para tener posibilidades de sobrevivir, ya no a la guerra, sino a sus consecuencias en ellos mismos y en sus vidas, donde más allá de todos los horrores vistos y hechos, el peor de todos, el inconcebible y más atroz, no es otro que la pérdida de la propia humanidad.

Testigos de su vulnerabilidad y envilecimiento, en una ambigua y aterradora escena final que no se puede contar… (ojalá puedan ver la película), la historia termina cuando los niños se separan sin derramar una lágrima… a continuar con lo que queda de sus vidas. La última conversación tiene que ver con cuál de los dos se quedará con el cuaderno que registra su historia, en la que pasaron de niños a monstruos en la más cercana complicidad y gracias a su infinito amor de hermanos…

La niñez, como espacio atesorado en todas las culturas para el desarrollo y posicionamiento de lo humano se revierte en la película y nos pone frente a la vivencia de nuestra propia infancia y ante la verdad irrefutable de que es en ella donde se inscriben las rutas principales que seguiremos el resto de nuestras vidas, a partir de las cuales tomaremos decisiones mejores y peores, de las que tendremos que asumir las consecuencias personales y sociales tarde o temprano.

Creo que el sentido de la película no es la guerra y sus horrores, sino la infancia vivida en un contexto de esa naturaleza, donde se ponen entre paréntesis la humanidad y el sentido para que florezca lo peor y lo mejor de nuestra especie: la maldad y el amor, como fuerzas que nos hacen capaces de lo bello y lo monstruoso, y de todo lo que está escrito en El Gran Cuaderno de la Historia de la Humanidad. ¿Qué les parece?

lunes, 30 de junio de 2014

A propósito de los logros en el Mundial de Fútbol Brasil 2014: ¿Es posible algo similar en la educación costarricense?


En el país y el mundo, los logros de la Selección Nacional de Fútbol de Costa Rica en el Mundial Brasil 2014 han generado diversas reacciones que tienen en común el asombro y la incredulidad… Una nación cuyo fútbol ocupaba, de acuerdo con el ranking de la Fédération Internationale de Football Association  (FIFA), el lugar 53 en marzo pasado, se ubicaba en abril de este año en el puesto 47 (http://es.fifa.com/) y hoy se instaura como la selección con la segunda mejor actuación de la CONCACAF en una Copa del Mundo (http://www.diez.hn/centroamerica/costaricaca/726343-99/costa-rica-con-segunda-mejor-actuaci%C3%B3n-de-concacaf-en-mundiales). En contraste, la selección costarricense es la de menor valor de mercado de las 32 selecciones que participaron en el mundial, ya que sus 23 jugadores están valorados en €20,8 millones, contra cifras como la de la selección de Brasil, valorada en €508,7 millones y la española, con un valor de €504 millones (http://www.sport.es/es/noticias/mundial-futbol/curiosidades-del-mundial-brasil-2900571).

Si hoy se celebra este logro de la selección de Costa Rica y se asombra al mundo con el avance inédito a cuartos de final, pese a una FIFA altamente cuestionada y a un arbitraje no menos dudoso, es porque el país hizo un giro en materia de fútbol hace 24 años, cuando la selección pasó por primera vez en su historia a octavos de final en el Mundial de Fútbol de Italia 1990. A partir de entonces, con avances y retrocesos, momentos mejores y peores, finalmente, se alcanzaron resultados que ya sobrepasaron todas las expectativas y, contra todos los pronósticos, hasta los incrédulos más acérrimos -entre quienes me incluyo- nos hemos visto gratamente sorprendidos con el paso de la selección a cuartos de final y su impecable desempeño general, regresando invicta a casa.

He de admitir que me atreví a escribir este artículo pese a que el fútbol no me apasiona, conozco poco de ese deporte y no soy seguidora de equipos nacionales o extranjeros, porque considero que estamos presenciando un punto de inflexión en un ámbito de interés público y nacional, que tiene mucho para enseñarnos a otros niveles como país. Ante el despliegue mediático que recibe el Mundial de Fútbol y el desempeño de la Selección Nacional, la reflexión en relación con toda la información que se genera es obligada, máxime cuando eventos “extraños” ocurren, como es el caso que nos ocupa.

De acuerdo con especialistas que han dado cobertura a este evento en los medios masivos de comunicación nacionales, hay algunos aspectos que es importante rescatar para entender los logros de la Selección en el Mundial de Fútbol de Brasil 2014:
  1. Lo que está ocurriendo en 2014, hunde sus raíces en el Mundial de Fútbol de Italia 1990.
  2. El logro del Mundial de Fútbol de Italia 1990 abrió posibilidades inéditas a jugadores costarricenses para ser contratados en equipos internacionales de alto nivel. Esta tendencia se mantiene a la fecha y es probable que aumente al finalizar el Mundial Brasil 2014.
  3. La dirigencia de fútbol ha mejorado, se han profesionalizado quienes toman decisiones y se ha contratado a entrenadores competentes, formados en la materia, con experiencia nacional e internacional.
  4. Se ha hecho una mayor inversión en la selección nacional de fútbol y se hace énfasis en el fogueo internacional, capitalizando con ello la experiencia adquirida de los jugadores y jugadoras fichadas en equipos de otros países.
  5. Hay un avance significativo en el nivel técnico y profesional de las personas que tienen a su cargo el entrenamiento físico, táctico y psicológico de los jugadores y jugadoras.
  6. Ha mejorado en forma sostenida la gestión en la Federación Costarricense de Fútbol (FEDEFUTBOL) y, en consecuencia, se toman mejores decisiones y se usan de manera más eficiente los recursos.
  7. Se han creado “semilleros” para formar futbolistas, tanto en selecciones femeninas como masculinas, a través del Proyecto Goal de la FIFA, que empezó a funcionar en Costa Rica en octubre de 2001.

Como podrán ver, los logros alcanzados por la Selección Nacional de Fútbol no son arbitrarios, sino que obedecen a la suma de diversos factores que son claves en el éxito de empresas de esa naturaleza. En vista de ello, nuestro asombro y alegría tienen que hacer justicia y poner en la ecuación del éxito todos los factores que entran en ella, sin desmerecer el nivel de compromiso, entrega y ética de los jugadores, el entrenador Jorge Luis Pinto, y el cuerpo técnico. 

A propósito de lo que escribí en este blog en julio de 2010, en ocasión del Mundial de Fútbol de Sudáfrica, donde hice una comparación entre la visión e inversión que se da en el fútbol y la educación,
(http://hagamoslojuntos.cientec.or.cr/2010/07/lecciones-que-aprender-en-educacion-del.html?showComment=1300202348299#c9142076117177309445), creo conveniente volver a señalar elementos claves para que nuestro sistema de educación pública de un salto cualitativo equivalente al que tuvo nuestra selección de futbol en Brasil 2014:

  1. Mayor inversión y mejor uso de los recursos disponibles para la educación pública.
  2. Despolitización y profesionalización de la administración superior y media del Ministerio de Educación Pública (MEP).
  3. Supresión de la corrupción en todos los niveles del sector.
  4. Claridad política y en la toma de decisiones del MEP, producto de una visión de largo plazo y de la planificación estratégica en el sector.
  5. Profesionalización de la docencia y la administración de la educación.
  6. Sistemas de evaluación y mejora continuada del personal docente y administrativo.
  7. Articulación de la educación pública, para que se convierta en un auténtico sistema, donde cada nivel educativo se encadena de manera adecuada, efectiva y eficiente con el siguiente.
En el logro de estas tareas destacan las universidades públicas y privadas, porque en ellas se forman profesionales de la Educación. En particular, en las universidades públicas se hace investigación para orientar la toma de decisiones gubernamentales e institucionales en esa materia. También, tiene una enorme responsabilidad el MEP, porque es el empleador y proveedor de la educación pública. El sector empresario y la ciudadanía son dos actores fundamentales y deben mantener el monitoreo permanente de la calidad de la educación nacional para realimentar al gobierno y las universidades en sus esfuerzos por mejorar la formación profesional y en servicio del personal docente y administrativo, y adecuar la oferta educativa a las necesidades y características del contexto nacional e internacional. 

Sólo esfuerzos coordinados y acciones responsables y consistentes con la eficiencia y la excelencia de todos los sectores que influyen de una forma u otra en la entrega de los servicios educativos públicos permitirá superar la crisis de más de veinte años en el sector. Es probable que si lo hacemos bien a partir de ahora, con el paso del tiempo y metas claras, en un par de décadas el país tendrá para celebrar logros en educación como los de la Selección Nacional. Ojalá que el patriotismo que inspiró en la ciudadanía y el gobierno llegar a los cuartos de final en 2014 nos alcance para “ponernos la camiseta de la Educación Pública” a partir de ahora y que en el 2034 nos tomemos el tiempo para festejar un acontecimiento de magnitudes épicas, que nos pondrá en las primeras páginas de todos los periódicos del mundo como “revelación” en ciencia, tecnología, arte y literatura; pero, sobre todo, en civismo, paz, responsabilidad social y ambiental, tolerancia, respeto a los derechos humanos, solidaridad, transparencia en la gestión pública y vida en democracia. ¿Qué les parece?