domingo, 2 de mayo de 2010

Riesgos y beneficios de la WWW: entre las buenas y las malas intenciones

En noviembre de 2007 tuve el privilegio de escuchar al Dr. Manuel Castells en las conferencias que impartió ese año, en ocasión del Doctorado Honoris Causa que le concedió la Universidad de Costa Rica, por sus extraordinarios aportes al conocimiento y comprensión de la Sociedad de la información y el Conocimiento (SIC), así como para la celebración del veinte aniversario de la Fundación Omar Dengo.

En aquel momento, al igual que hoy, la Internet fue tema y preocupación, tanto del Dr. Castells como para quienes participamos en las conferencias, debido a los riesgos de diversa índole que se amplían día a día, como contraparte de sus extraordinarios beneficios. Se discutió el problema de la “piratería” y la creciente ola de páginas Web malintencionadas y de oscuros propósitos, en especial para la población joven, que es la más sensible a las redes sociales y las páginas relacionadas con el entretenimiento, los vídeos y la música.

El Dr. Castells sostuvo una tesis interesante, que he podido comprobar desde entonces: la Red no es un fenómeno al margen de la naturaleza humana, sino que, por el contrario, la refleja en todas sus dimensiones… desde la más noble hasta la más perversa. De igual forma que encontramos esfuerzos como los de Tupera.com, que comentamos en la entrega pasada, están los virus que destruyen el sistema operativo, archivos importantes y que violan nuestra privacidad para obtener información personal y utilizarla con fines ilegítimos e, incluso, criminales. A ello, se suman cientos de páginas con propuestas sórdidas, xenófobas, misóginas, neonazis, terroristas, pornográficas, criminales y engañosas, que muchas veces atrapan a alguien y lo sumergen en sus nefastas consecuencias…

Si tenemos claro que la Internet es una producción humana, sociohistóricamente determinada, donde se expresan los logros de la civilización, así como el lado oscuro de nuestra especie, estaremos más claros sobre cómo emplear este recurso y los medios disponibles para reducir el riesgo en el que nos ponemos con sólo ingresar a la Red y pulsar “enter”. Por suerte, existen personas decentes, conscientes de la necesidad de preservar niveles mínimos de seguridad y transparencia en ella, y nos ofrecen múltiples herramientas para combatir los embates de personas malintencionadas que buscan aprovecharse de nuestro desconocimiento e ingenuidad… Existen antivirus gratuitos y software para prever la violación de nuestra privacidad cuando navegamos, tómense el tiempo para explorar las páginas oficiales de Microsoft y Apple, y revisen con cuidado las opciones para elevar el nivel de seguridad de sus equipos.

Maquiavelo propuso una máxima que debemos tener presente: “… piensa mal y acertarás”; es decir, ninguna previsión está de más… Cuiden sus equipos, no accedan páginas de baja o dudosa seguridad, tómense el tiempo para limpiar sus llaves maya antes de utilizarlas, actualicen sus antivirus diariamente, no utilicen software “extraño” y, finalmente, la acción más importante: hagan respaldos de sus sistemas y archivos, y ubiquen la información crítica en CD o DVD rotulados y fechados. No olviden que las llaves maya y los discos externos siempre están en riesgo…

En la actualidad hay software libre que permite superar las limitaciones del pasado, como el Works de Microsoft y el Linux. Muchas instituciones educativas están migrando a estas opciones por razones de costo y accesibilidad. Pero, lo más importante es nuestra actitud y rigor al navegar, debemos dejar de ser ingenuos y desconfiar primero, para actuar y pulsar “enter” sólo cuando tengamos la certeza de que estamos ante una página, un documento, una imagen, un vídeo, una canción y aplicaciones seguras…

Quienes trabajamos en educación y ponemos a nuestros estudiantes en contacto con Internet tenemos la obligación de advertirles de los riesgos y hacerles recomendaciones de seguridad básicas. Asimismo, nos obliga a ser doblemente perspicaces y a “predicar con el ejemplo”.

Si bien tenemos software libre, desarrollado por personas decentes y bienintencionadas como Karol y Byron, existen cientos, miles… sabe Dios cuántas, que en este momento están trabajando para hacernos daño a usted, a mí, a todos los que vamos por la Red con las mejores intenciones y propósitos, para hacer nuestras tareas y labores cotidianas. No debemos olvidar que Internet puede ser una calle oscura y solitaria, donde lo más probable es que alguien a quien no le importamos como seres humanos nos aceche escondido, esperando la ocasión para aprovecharse de nosotros, irrespetarnos, robarnos y hacernos daño. Muchos “monstruos” se visten con piel de cordero… De nosotros depende tomar el riesgo, porque conocemos las consecuencias.