jueves, 31 de mayo de 2012

Gestión el Conocimiento (GC) y sus aplicaciones en Educación

Si bien los avances en la Gestión del Conocimiento (GC) son amplios y diversos en el sector empresarial e industrial (Drucker, 1995; 1999), su uso aún es limitado en muchas universidades públicas y privadas presenciales o basadas en “campus” tradicionales (Bates, 2001)[1]. La GC, cuyo potencial es reconocido en los procesos de aseguramiento de la calidad que implican la planificación estratégica, el diseño y ejecución de procesos de mejora continua, el desarrollo organizacional dirigido y la gestión de la innovación todavía no se utiliza de manera intensiva, planificada y generalizada en la administración universitaria ni en los procesos académicos.
Debido a que la educación superior está inmersa en un contexto de integración intensiva de las TIC en la academia, marcado por cambios profundos y rápidos en la Internet y los recursos disponibles en ella, así como en las necesidades de formación profesional, se deben reconsiderar las posibilidades de la GC en ese sector, ya que es un enfoque que permite una administración universitaria eficiente y eficaz, y la toma de decisiones orientada a la calidad y la mejora continua; ambos, factores críticos para alcanzar una formación profesional de grado, posgrado y continuada coherente con las demandas educativas propias de la Globalización[2] y la Sociedad de la Información y el Conocimiento[3]. Al respecto, en la II Conferencia Mundial de Educación Superior, celebrada en París en julio del 2009, se concluyó que:

Garantizar la calidad es imprescindible para las instituciones de Educación Superior, y debe implicar a otros agentes. Asegurar la calidad requiere por una parte establecer sistemas de calidad y modelos de evaluación, y por otra, promover la cultura de la calidad entre las instituciones. (UNESCO, 2009)

En la primera década del siglo XXI, en muchos países y regiones del mundo, hallazgos de investigación en el contexto universitario presencial evidenciaron una gran inversión en tecnología e infraestructura para el uso de las TIC en la docencia, la investigación y la acción social, pero ello se hizo desde una visión fragmentada, descontextualizada y deshistorizada de esos medios y la realidad institucional, y al margen de los aportes conceptuales y prácticos de la GC (Bates, 2001; Knight, 2005; Majó y Marquès, 2001; Monereo y Pozo, 2003; Vizcarro y León, 1998; Zabalza, 2002, 2003). En particular, la docencia, en tanto actividad compleja inmersa en un sistema educativo, a su vez, complejo debe ser reconceptualizada para superar las limitaciones que persisten hasta ahora en el uso de las TIC como medios para innovar la enseñanza y elevar la calidad de los aprendizajes (Knight, 2005).
La GC es una herramienta conceptual y práctica de gran alcance y repercusiones en el mejoramiento de la calidad de los procesos educativos y administrativos en educación superior, pero su implementación requiere de una visión sistémica del uso de las TIC en la academia, que sea coherente con ese enfoque. También, es necesario buscar nuevas perspectivas de la práctica docente con esos medios, en el marco de la evolución de la Internet y las herramientas disponibles en la Web 2.0, muchas de las cuales son de acceso libre. Esto es un desafío que se debe asumir en las universidades con base en marcos de referencia conceptuales que favorezcan una perspectiva realista, situada y contextualizada de la integración de las TIC en la docencia. Espero ampliar los conceptos y alcances de la GC en futuras entregas del blog... ¿qué les parece?


[1]Para Bates (2001), “organizaciones como los centros universitarios suelen ser conservadoras por naturaleza [por esta razón] sin una actuación deliberada y coordinada, no pueden, aunque quizá quieran, adaptarse a las exigencias de un buen uso de la tecnología para la enseñanza” (p. 259).
[2]La Globalización es un proceso en el cual los estados nacionales se diluyen a través de actores transnacionales y sus lógicas de poder, orientación económica, identidad y cultura. Entre ellos, destacan los mercados y el comercio internacional, así como el predominio de la lógica económica liberal. Según Beck (1988), este movimiento es irreversible y se caracteriza por: “la creciente densidad del intercambio internacional, la revolución de las tecnologías de la información, la exigencia universal de respetar los derechos humanos, las corrientes icónicas de las industrias globales de la cultura, la política mundial postinternacional y policéntrica, el problema de la pobreza global, los atentados ecológicos globales, el problema de los conflictos transculturales y el terrorismo internacional” (Rodríguez, 2002, p. 446).
[3]Los orígenes de la Sociedad de la Información y el Conocimiento se asocian a: la crisis económica del capitalismo y el socialismo soviético de la década de 1980, la aparición de movimientos sociales emergentes orientados a la protección de los Derechos Humanos, el medioambiente, el feminismo, los derechos de minorías, entre otros; y a la revolución de las TIC y su impacto en todas las esferas de la economía, la sociedad y la cultura. Su confluencia desencadenó un sistema de producción y reproducción social, cuya base es la generación del conocimiento, el acceso masivo a la información, la innovación tecnológica y la configuración de redes globales de almacenamiento de la información en formato digital, de las cuales la Internet es la más importante hasta ahora (Castells, 2001a, 2001b).


Referencias

Bates, A. W.  (2001). Cómo gestionar el cambio tecnológico. Estrategias para los responsables de centros universitarios.  España: Gedisa.

Beck, U. (1998). ¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización. España: Paidós.

Castells, M.  (2000a). The Rise of the Network Society. The Information Age: Economy, Society and culture. Great Bretain: Padstow & Conrwall. Vol I.

Castells, M.  (2000b). End of Millennium. The Information Age: Economy, Society and culture. Great Bretain: Padstow & Conrwall. Vol. III.

Drucker, P. (1995). Gerencia para el futuro. El decenio de los 90 y más allá. Colombia: Norma.

Drucker, P. (1999). La sociedad Poscapitalista. Buenos Aires: Suramericana.
                                                 
Knight. P. (2006). El profesorado de Educación Superior. Formación para la excelencia. Madrid: Narcea.

Monereo, C. y Pozo, J.  (2003). La universidad ante la nueva cultura educativa.  Madrid: Síntesis.