A partir de 1600, la Compañía Británica de Comercio de las Indias Orientales inició operaciones comerciales en toda Asia con el apoyo del Imperio Británico. El intercambio económico se enfocó en la exportación de productos agrícolas y tejidos de la India, y la importación de productos ingleses manufacturados que ingresaban libres de impuestos a ese país. Con el paso de los años, el dominio de Inglaterra sobre la India se consolidó hasta convertirla en una de sus principales colonias. En 1857, hubo un levantamiento del pueblo indio, conocido como “la rebelión de los Cipayos”, que permitió la designación de un emperador propio, que duró poco tiempo en el poder, pues los intereses económico-políticos del imperio no escatimaron recursos militares para recuperar su dominio en ese país. A partir de entonces, la reina de Inglaterra adquirió la condición de Emperatriz de la India (Gardner, 2011).
Mohandas K. Gandhi nació en 1869, hijo de una familia de la casta vaisya, que integraba a un estrato social de clase media que se dedicaba a la agricultura y el comercio. La familia de Gandhi tenía un historial de seis generaciones donde sus antecesores ocuparon cargos de Ministros del Interior y Primeros ministros en la Península de Kathiawar, quienes destacaron por una conducta ética y conservadora en religión y política. La familia tenía relevancia en una pequeña provincia de la India y no contaba con riquezas suficientes para acceder a cargos en el gobierno nacional. Rescata Gardner (2011) que en ese contexto, la familia de Gandhi abogaba por un hinduismo fuertemente arraigado, plural en cuanto a conductas y creencias religiosas, y por una alta moralidad.
De la vida íntima en el hogar de Gandhi, resulta interesante que tanto su padre como su madre eran personas profundamente piadosas y practicantes consistentes de sus valores morales. Gardner (2011) enfatiza este rasgo parental en la conformación de su carácter desde la temprana infancia. En una oportunidad en que robó a su hermano un objeto de oro, tras la confesión del caso, el padre de Gandhi asumió la culpa, ayunó y lloró frente al niño, evidenciando ante él su tristeza y el dolor que le causaba la conducta inadecuada e inadmisible de su amado hijo. Este hecho provocado por su mala conducta y vivido en su propia familia con gran dolor e indignación marcó a Gandhi para siempre, llevándole a sus hondas convicciones morales y a su posición férrea de guardar ayuno en momentos críticos de la vida social y política de la India, asumiendo en carne propia la culpa y malas actuaciones del gobierno inglés y de sus compatriotas.
En la biografía de Gandhi, se evidencia que desde niño tuvo un enorme interés por los temas de índole moral, que solía dirimir en su propia familia cuando pasaban cosas que implicaban dilemas morales.Como era tradición en su cultura, su matrimonio fue acordado a temprana edad y a los trece años se casó con quien sería su esposa toda su vida: Kasturbai. Casado y con un hijo, tras la muerte de su padre viajó a Inglaterra a estudiar Derecho en University College en Londres, pese a que se le declaró paria en su pueblo, debido a que en su casta estaba prohibido viajar y comprometer la religión y prácticas hinduistas al exponerse a culturas foráneas. Ante la invalidez de sus alegatos y frente al castigo impuesto decidió marcharse y asumir las consecuencias. En Inglaterra tuvo oportunidad de entrar en contacto con las principales corrientes del pensamiento emergente de la época, donde destacan el pacifismo y el vegetarianismo.
En su experiencia en Londres, también fue seducido por el glamour de Europa y se empeñó en vestir a la altura de la última moda, aprendió francés y “tomó clases de baile, locución y violín” (Gardner, 2011, p. 409). Pese a la exposición a la cultura y estilo de vida europeo, en los tres años de sus estudios en Inglaterra se acentuó su identidad india y comprendió que las condiciones legales que regían el pueblo indio impedían que sus ciudadanas y ciudadanos fueran considerados iguales, con los mismos derechos y oportunidades. Esta comprensión de la realidad que abría una enorme brecha entre la potencia colonizadora y su país bajo el dominio inglés marcaría su vida como líder espiritual y revolucionario. La importancia de la estancia de Gandhi en Inglaterra se atribuye, además, a la exposición que tuvo a las corrientes de pensamiento de la época, pues aprovechó para estudiar, leer e informarse sobre diversos temas que le dieron un bagaje cultural enorme, que luego sería crucial en sus conversaciones con autoridades de todo el mundo.
En 1891, de regreso en la India encontró que su madre había muerto y conoció a Raychandbai (conocido posteriormente como Rajchandra), que impresionó a Gandhi por sus amplios conocimientos religiosos y filosóficos, y su interés por el análisis y la reflexión de los problemas críticos de la sociedad india. Este nuevo amigo tendría una enorme influencia en su vida y sería fundamental en momentos de duda y confusión (Gardner, 2011). Obligado a ejercer la profesión de abogado en su país, rápidamente se dio cuenta de que su desempeño era limitado y que no iba a tener éxito, por lo que decidió buscar suerte en Sudáfrica, que era otra colonia británica. Contrario a la experiencia en la India, en Sudáfrica descubrió el poder de la negociación y la búsqueda de reconciliación en los casos a su cargo. También, sería en ese país extraño donde comenzaría su largo camino como líder moral, político y religioso, al cobrar conciencia de que la población india siempre sería una “ciudadanía de segunda clase” en las colonias británicas y, por ende, en su propia tierra.
Gardner (2011) hace énfasis en el carácter crucial que tuvo la desagradable experiencia de Gandhi en Sudáfrica, cuando fue obligado a abandonar un tren hacia Pretoria donde debía pasar la noche, debido a que un hombre blanco se negó a compartir con alguien de “piel oscura” el compartimento de primera clase para dormir. No obstante tener el recurso económico para pagar el servicio, Gandhi fue forzado a pasar a un vagón de tercera clase y a causa de sus protestas lo bajaron del tren, pasando la noche a la intemperie en la estación de ferrocarril. Con amargura, gracias a esa experiencia comprendió que el dinero no era suficiente para acceder a los privilegios y condiciones de vida de la población blanca y decidió hacer algo para revertir esa situación. Luego de este incidente reunió a muchos indios que radicaban en Pretoria y les expuso lo que le había sucedido, a fin de organizarse y exigir igualdad de derechos para quienes tenían “la piel oscura”.
La situación de la población india en Sudáfrica era compleja, porque pese a que la esclavitud se abolió en el Impero Británico en 1833, la subordinación se mantenía y muchos blancos consideraban que la población india competía con sus negocios y empresas, ya que en muchas ocasiones les superaban en capacidad de trabajo y gestión. Esta situación creó una tensión entre ambas poblaciones que radicalizó las diferencias étnico-religiosas, para justificar condiciones de desventaja para esta población. No obstante, los indios trataban de tener éxito en sus actividades económicas para ayudar a sus familias en la India y, eventualmente, regresar a su país con una mejor posición económica.
Los esfuerzos de Gandhi en Sudáfrica permitieron algunos avances en materia de equidad, como viajar en primera y segunda clase si se vestían correctamente. Evidentemente, esto no era suficiente para Gandhi y su movimiento, que siguió luchando por reivindicaciones y más y mejores condiciones de vida, y respecto a derechos iguales entre iguales. En ese esfuerzo decidió radicar en Sudáfrica por lo que hizo los arreglos para que su familia viajara a ese país. Los pequeños avances en materia de derechos civiles para la población india tuvieron como consecuencia una radicalización de la posición segregacionista británica, que empezó a crear legislación y normas que limitaban o anulaban los logros civiles de la población india. En ese juego de avances y retrocesos en materia de derechos civiles, Gandhi siempre recurrió al sistema legal y a manifestaciones pacíficas, por lo que cercó al gobierno inglés que se enfrascó en un proceso de desgaste, aprobación y derogación de leyes y derechos civiles para los indios. En los 20 años de activismo civil en Sudáfrica, Gandhi viajó y conoció a muchos líderes políticos del imperio, del movimiento indio y de otros países, aprendiendo la relevancia de la discusión construida con argumentos sólidos, sustento legal y, sobre todo, llevada con convicción, serenidad y tenacidad, sin recurrir a la violencia o la guerra.
Entre 1905 y 1906, de acuerdo con el análisis de la biografía de Gandhi, a criterio de Gardner (2011), sufrió una crisis personal, porque pese a que había alcanzado el éxito económico, laboral y profesional, se sentía vacío y fracasado en la esfera personal, lo que le motivó a estudiar literatura de corte espiritual y orientada al análisis y descripción de la desobediencia civil; en particular, leyó con cuidado al escritor estadounidense Henry David Thoreau. Además, buscó hacer su vida más sencilla y reposada, para encontrar espacios para el desarrollo espiritual. En 1906, se fue a vivir a Phoenix House, una granja colectiva ubicada a 32 km de Johannesburgo. Pese a que la expectativa era que sus habitantes vivieran en armonía, los conflictos no tardaron en presentarse y Gandhi implementó la práctica de guardar ayuno como forma ejemplar de sostener un estilo de vida alineado con sus ideales, capaz de incentivar la reflexión y el cambio en su contexto social. A los 37 años, se unió en esta tarea con Sonya Schleslin y Henry L. S. Polak, e hizo votos de autocontrol (brahmacharya), que implicaban desprenderse de sus posesiones materiales, vivir en pobreza y abstenerse de las relaciones sexuales (Gardner, 2011).
En Phoenix House, emprendió su tarea de convertirse en líder moral a partir del ejemplo, convencido de que esa era la única forma de tener autoridad moral ante sus seguidores: vivir de manera coherente con lo que profesaba. La vida ejemplar y la protesta no violenta se convirtieron en el estandarte de Gandhi; ideas que sistematizó en un libro publicado en 1909, titulado Reglamento interno indio, donde cuestionaba la civilización occidental de su época basada en el egoísmo, las posesiones materiales y la negación de los valores fundamentales del cristianismo que la sustentaba (Gardner, 2011).
El movimiento de resistencia pacífica trajo logros importantes para la población india en Sudáfrica, debido a que Gandhi manejó de manera correcta y con gran inteligencia sus demandas, que fueron divulgadas alrededor del mundo, pasando de ser un activista local a un personaje respetado y reconocido a nivel mundial. En 1914, regresó a la India con un amplio conocimiento del manejo político intrínseco a su propuesta de la resistencia pacífica. Aprendió de éxitos y fracasos, y sistematizó sus conocimientos para afinar su práctica política en niveles no previstos: lograr la independencia de la India y convertirse en un líder mundial en materia ética, libertades civiles y responsabilidad social cimentada en valores humanos incuestionables, como la solidaridad, el respeto a los otros y la igualdad de todas las personas y pueblos ante la ley; siempre y cuando, esas leyes fueran justas y estuvieran orientadas al logro del bien común.
La fuerza del amor y la verdad (satyagraha) fue el punto de partida y el soporte de la vida y obra de Gandhi. De acuerdo con las tesis de esta postura, a los oponentes no se les debe combatir con violencia y odio, sino movilizando su razón para crear conciencia en ellos sobre la experiencia del dolor y la injusticia, llevando el dolor y sufrimiento sobre sí mismos. Debido a que ningún ser humano puede sustraerse a los efectos de esa experiencia de consternación y pesadumbre, es probable que suavicen sus posiciones y se alíen con los débiles, dominados y vulnerables para superar las condiciones que causan el estado de injusticia y abuso creado, de la que obtienen ventajas, privilegios y beneficios ilegítimos.
La comprensión de que toda ventaja obtenida de manera ilegal e ilegítima, dejando de lado valores humanos fundamentales, tarde o temprano, se revierte y provoca pérdidas y sufrimiento es un principio clave del satyagraha y pivote de la resistencia pacífica. Asimismo, la vida justa y apegada a la verdad libera al ser humano de las consecuencias inevitables del mal en todos sus formatos. Ahora bien, exigir justicia y verdad requiere de una vida y una trayectoria personal apegadas a ellas; de lo contrario, se comete un crimen aún mayor, pues se toman aspectos “sagrados” de la existencia humana para aprovecharse de la buena fe, la necesidad y la debilidad de otras personas. Esta advertencia tuvo un enorme peso en la historia de la India y de la Humanidad, y se convirtió en una estrategia meticulosa en Gandhi que le permitió desarrollar una aguda inteligencia intrapersonal, pues era capaz de manejar con una precisión milimétrica situaciones políticas y sociales donde nada era predecible. Su capacidad de negociación, escucha, percepción e interpretación de los demás fueron sus herramientas para los profundos cambios que lideró a lo largo de su vida. Paradójicamente, su inteligencia intrapersonal no le trajo réditos en su vida personal y fue uno de sus allegados: Nathuram Vinayak Godse, quién lo asesinó de un disparo mientras se dirigía a un centro de oración, cuando tenía 79 años.
En Gandhi, como en otros genios estudiados por Gardner (2011), están presentes características comunes a las personas altamente creativas e innovadoras en distintos campos del saber humano: el estudio permanente y la erudición en el propio campo de interés y en materia de cultura general; la importancia de un ambiente familiar adecuado y de interlocutores cercanos que les ayudan a desarrollar sus ideas y elaborar sus marcos teórico-prácticos de referencia,así como coyunturas sociohistóricas y personas particulares que convergen para que la persona creativa lleve a cabo sus ideas y las ponga a prueba en contextos y escenarios reales.
Les invito a indagar más sobre la vida y obra de Gandhi, pues es imposible dar todos los elementos y detalles importantes que amplían la comprensión de su genialidad y creatividad e inteligencia intrapersonal en este espacio y lo comentamos posteriormente. ¿Qué les parece?
Referencias bibliográficas
Gardner, H. (2011). Mentes creativas. Una anatomía de la creatividad. México: Paidós.