En ocasión del IV Congreso Internacional de Administración de la Educación que organizó la Escuela de Administración Educativa de la Universidad de Costa Rica, estuvo como conferencista de apertura el Dr. Manuel Castells. Como es usual, la relevancia de su pensamiento y su amplio bagaje como investigador fueron una invitación a reflexionar sobre diversos temas, en particular, sobre la innovación en el campo de la educación en el contexto de la Sociedad de la Información y el Conocimiento. Al respecto, revisó los supuestos sobre los cuales se ofrece la educación, a fin de esclarecer qué significa realmente “innovar” en educación en la actualidad.Uno de los aspectos que quisiera comentar fue la tesis del Dr. Castells que pese a que la educación es considerada un bien supremo y un tema prioritario en la agenda política global, el reconocimiento público de ella es limitado. Esto se evidencia, entre otras cosas, en los bajos presupuestos estatales para educación ‒en particular en los países más pobres del mundo‒ y en la figura del profesorado que se desdibuja en una trama ideológica de desprestigio y olvido.
Quisiera agregar que es habitual que se responsabilice a ese colectivo de la baja calidad de la enseñanza y del pobre desempeño del estudiantado en áreas básicas como lecto-escritura, expresión oral y operaciones lógico-matemáticas simples, obviando con ello la complejidad del fenómeno educativo y la vulnerabilidad de la formación y el ejercicio de la profesión docente en nuestros días.Ante la paradoja entre una visión de la educación como “clave para el progreso” y el abandono financiero y administrativo generalizado, Castells opina que prevalecen desacuerdos sobre la práctica educativa y se hace un uso demagógico y “politiquero” de ella. A esto se debe sumar el atraso en términos de I+D en el campo, que impide que se genere nuevo conocimiento para innovar la práctica pedagógica y la administración de la educación. La consecuencia inevitable de esos vacíos es que se ensayen viejas fórmulas para mejorarla, que continúan fallando en todas las latitudes.
Quisiera agregar que es habitual que se responsabilice a ese colectivo de la baja calidad de la enseñanza y del pobre desempeño del estudiantado en áreas básicas como lecto-escritura, expresión oral y operaciones lógico-matemáticas simples, obviando con ello la complejidad del fenómeno educativo y la vulnerabilidad de la formación y el ejercicio de la profesión docente en nuestros días.Ante la paradoja entre una visión de la educación como “clave para el progreso” y el abandono financiero y administrativo generalizado, Castells opina que prevalecen desacuerdos sobre la práctica educativa y se hace un uso demagógico y “politiquero” de ella. A esto se debe sumar el atraso en términos de I+D en el campo, que impide que se genere nuevo conocimiento para innovar la práctica pedagógica y la administración de la educación. La consecuencia inevitable de esos vacíos es que se ensayen viejas fórmulas para mejorarla, que continúan fallando en todas las latitudes.
Al respecto, el Dr. Castells mencionó un caso extraordinario y digno de atención sobre las aplicaciones de la teoría del aprendizaje de Piaget en Suiza, que han fracasado en términos de la calidad de la enseñanza y el aprendizaje. Parte de la explicación de esto es que han imperado la improvisación y la “moda”, y que no existe una auténtica revisión científica de las teorías del aprendizaje como tales, ni de sus implicaciones pedagógicas y tecnológicas, organizativas y administrativas. El cambio en educación es uno de los desafíos científicos más importantes de nuestro tiempo; no obstante, hasta ahora no hay un sistema de construcción de conocimiento científico articulado local, regional y mundialmente que facilite la innovación y, en consecuencia, las transformaciones que tanto nos urgen…Entre las funciones históricas insustituibles de la Educación, Castells mencionó las siguientes:
a. La socialización secundaria, entendida como las pautas de comportamiento para vivir en sociedad que implica, a su vez, la formación de la personalidad.
b. La transmisión de valores y la legitimación social; es decir, los criterios para evaluar la práctica social.
c. La formación de la fuerza laboral, que presupone el aprendizaje de las habilidades básicas para el trabajo.
d. La selección y segregación social, porque la educación es el principal sistema de estratificación social, a partir del cual se reproducen las diferencias de clase, pero articulado con la lógica de la meritocracia. Los sistemas educativos crean mecanismos de selección social diversa, donde se reproduce la desigualdad, bajo la sombra de la corrección de la universalidad. Esto se manifiesta, especialmente, en la diferenciación entre la enseñanza privada y pública, en particular en América Latina.
e. La función de producir y desarrollar la generación de conocimiento y la capacidad de innovar. Una tarea esencial de la educación es recombinar la información para generar conocimiento e innovación. En ese proceso, paradójicamente, la criticidad es la base de la innovación en sistemas educativos homogéneos y de tendencia universal.
A criterio de Castells, esas funciones se han visto alteradas en la Sociedad Red debido al impacto de dos fenómenos de envergadura mundial que ocurrieron en la década de 1980: la revolución de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y la Globalización. Argumentó que la particularidad de la nueva sociedad es que por primera vez en la historia ésta funciona como una estructura que responde a principios organizativos vinculados a esas tecnologías. Además, las TIC ampliaron el espectro económico hacia una globalidad donde el mercado es mundial y no local, pese a que se articula localmente.Para Castells, los cambios en educación son cruciales y deben empezar por un auténtico compromiso social y estatal, continúa con una nueva lógica organizativa-administrativa que supere la burocracia y culmina con la innovación de lo pedagógico, pues se deben crear organizaciones educativas donde sea posible “aprender a aprender” a lo largo del ciclo de vida.
El aprendizaje debe ser un “aprendizaje de capacidades” para adquirir nuevos conocimientos, no contenidos como ocurre desde la Edad Media hasta hoy. Las personas deben ser capaces de adaptarse; para ello, es imprescindible desarrollar capacidades cognitivas de alto nivel y no la memoria, pues la información es barata y está disponible en Internet.Castells indicó que en la actualidad más del 80% de la población del planeta está conectada. En consecuencia, la brecha digital tiene que redefinirse en términos de la calidad de la conexión; pero, resuelto este problema, ¿qué ocurre cuando se tiene acceso a Internet? Los datos señalan que la reproducción de la desigualdad educativa se incrementa con el acceso a la Red de Redes, debido a que la capacidad de las personas para utilizar las herramientas digitales presupone niveles educativos medios y altos. En conclusión: Internet ha incrementado la desigualdad social, económica, laboral y cultural, porque profundiza y acentúa las desigualdades educativas. Una cosa es jugar juegos de vídeo por Internet, bajar música y vídeos, y utilizar el correo electrónico o participar en redes sociales; otra, utilizar ese medio como fuente de información para convertirla en conocimiento útil para incrementar la productividad y mejorar la calidad de vida.
En la Sociedad del Conocimiento y la Información la producción de conocimiento es fuente de poder, riqueza y desarrollo de las personas, y está directamente ligada a la capacidad de innovación, que se vincula con la posibilidad de experimentar y cambiar. Castells citó como ejemplo a Japón, ya que su desarrollo económico se dio a partir de la mejora de innovaciones hechas en otros países, lo que provocó una escasa capacidad de innovación propia y una economía basada en la producción barata de innovaciones ajenas. A su parecer, esa sociedad hoy tiene un bloqueo básico, porque la educación se basa en exámenes que están estratificados y determinados geográficamente. En ese país las personas no se forman para innovar y no hay conexión empresa-innovación. El resultado es obvio: si no hay innovación en esta nueva fase de la economía mundial, no hay desarrollo; si no hay desarrollo, la sociedad empieza a empobrecerse y los logros alcanzados se deterioran e, incluso, se revierten.Para el caso específico de la educación, Castells afirmó que la formación continuada de las personas vinculadas a ella es clave y esto quiere decir “formación virtual a distancia”. Que las personas puedan actualizarse es condición para el éxito ahora y en el futuro. Respecto de la Educación, considera que la formación más importante es la del profesorado, incluso más que la del estudiantado, pues su aprovechamiento depende de las capacidades y conocimientos de los primeros, en cuanto son practicantes de la enseñanza y propician el aprendizaje.Este señalamiento es importante, ya que la formación del profesorado y las personas profesionales de la educación se ha basado en “formación puntual” y fragmentada, y esto no es suficiente. La innovación, como comentamos en entregas anteriores, requiere de contextos propicios para que las personas adquieran conocimientos nuevos, sean creativas, y ensayen soluciones innovadoras para resolver viejos y nuevos problemas.
Creo que las principales conclusiones de las tesis comentadas son las siguientes:
1. Se debe abandonar la postura ideológico-política sobre la educación.
2. Es imprescindible aumentar la inversión real en educación.
3. Se debe revisar la formación profesional y en servicio del profesorado y el personal vinculado a la educación, en particular de quienes tienen a cargo su administración.
4. Es impostergable crear sistemas de producción de conocimiento científico en educación, para favorecer la innovación pedagógica y la gestión educativa.
5. Se deben contextualizar los hallazgos científicos relacionados con la enseñanza, el aprendizaje y la administración de la educación.
En los países en desarrollo las universidades juegan un papel esencial en la formación profesional y en la producción y distribución del conocimiento científico; por ello, deben convertirse en "semilleros de innovación". El nuevo papel de las facultades y escuelas de educación es responder a los puntos 3, 4 y 5, citados anteriormente. Sin embargo, el logro de esos esfuerzos sólo será posible con el apoyo estatal y privado para financiar los costos que implican la formación profesional de grado y posgrado, y la investigación de alto nivel. Sin un auténtico compromiso social con la educación que requerimos para enfrentar los desafíos de la Era de la Información es poco lo que pueden hacer individualmente docentes, personal administrativo y las familias. Se requiere un nuevo contrato social donde se garanticen los derechos de las personas a recibir una educación de alta calidad a lo largo de su ciclo de vida.
La calidad de la educación tiene como requisitos la dignificación de la profesión docente y la revaloración científica, económica y social de ella. Al igual que en el área de la salud, nuestras vidas están en manos de las personas profesionales de la educación. Cuando comprendamos la importancia que cobró esta profesión en nuestra Era, las soluciones y el cambio vendrán por añadidura porque solventaremos los requerimientos 1 y 2 del listado anterior. Innovar en educación es un compromiso social y una tarea compartida por diversos sectores y actores sociales: Estado, universidades, sector privado y familias tienen la responsabilidad en sus manos. Asumirla y actuar con prontitud son precondiciones del futuro de nuestra especie sobre la Tierra.
Cerramos el 2010 con el año con más tragedias naturales de las últimas tres décadas. Mientras Europa se congela tras tormentas de nieve sin precedentes, Argentina enfrenta uno de los veranos más calientes de su historia. El 29 de diciembre Buenos Aires estaba a 40 grados Celsius y en Polonia se registraron temperaturas de 30 grados Celsius bajo 0. Es innegable que no estamos haciendo bien las cosas… Sólo una ciudadanía educada es capaz de reflexión y de tomar conciencia de la responsabilidad social que hoy nos compete. Revertir las malas decisiones económicas, políticas y culturales del pasado reciente pasa, inevitablemente, por el acceso a educación de calidad a lo largo de la vida.
Sabemos con certeza que nuestras relaciones con la Naturaleza deben cambiar. También sabemos que deben cambiar los sistemas político-económicos que profundizan e incrementan la desigualdad y la injusticia social. Nuestra visión equivocada de la Naturaleza nos tiene sumidos en un caos climático, cuyas consecuencias comienzan a sentirse a lo largo y ancho del planeta con cientos de miles de vidas perdidas y afectadas, y costos multimillonarios. La economía perversa crece y nos roba lo mejor de nuestros logros civilizatorios, el genocidio y la guerra persisten en muchas regiones, en particular en Asia y África. La amenaza nuclear reapareció en el escenario bélico y los fundamentalismos de diversa factura perviven y se multiplican en todas las latitudes. Nuestra esperanza se encuentra en el sentido común y el aprovechamiento inteligente de los conocimientos científicos logrados hasta ahora. La sabiduría no es más que la combinación de estos ingredientes… sólo ella nos permitirá ver con claridad que en el bien común recae el bien individual y la educación es una de las formas más sencillas y efectivas de poner la sabiduría al alcance de todos.
En espera de que el 2011 sea un mejor año, estoy segura que la conferencia y la entrevista a Castells les resultarán tan interesantes y provechosas como a mí. Fue un privilegio contar con la presencia de una autoridad científica de su nivel y espero que podamos sacar el máximo provecho de sus ideas y hallazgos de investigación. Les deseo felices fiestas en unión de sus seres queridos y aprovecho esta oportunidad para agradecerles sus comentarios, aportes e ideas para reflexionar sobre la educación a lo largo del 2010.
ENTREVISTA DR. CASTELLS