sábado, 31 de mayo de 2014

El constructivismo: condiciones para su aplicación en la educación pública


En publicaciones previas de este blog tratamos el tema de las posiciones epistemológicas y teóricas de diferentes enfoques pedagógicos; entre ellos, los de base epistemológica constructivista. También, comentamos las inconsistencias teórico-filosóficas de la política educativa vigente en Costa Rica y sus implicaciones en la práctica de la enseñanza y el aprendizaje. En ese contexto, creo importante reflexionar sobre las condiciones mínimas para que la Educación de base epistemológica constructivista sea viable y me referiré en particular a dos enfoques que predominan a nivel mundial que han dado buenos resultados, siempre y cuando se implementen de manera adecuada: el psicogenético y el sociocultural. Al respecto,

Las psicologías Psicogenética y Sociocultural comparten la base epistemológica del constructivismo filosófico y otros supuestos, como: la importancia del lenguaje, la relación entre el desarrollo en general y el aprendizaje formal, y la dependencia del pensamiento de las experiencias socioeducativas. La más importante de ellas es la concepción de la persona aprendiz como interesada, consciente y activa; por ello, su actuación es crucial en la calidad y cantidad del aprendizaje. Asimismo, la función del personal docente es esencial, pues gracias a su acompañamiento la persona aprendiz alcanza un aprendizaje cada vez más estructurado y complejo. El rol del estudiantado es activo y no pasivo; el del profesorado no es directivo ni autoritario, sino de guía, facilitador y promotor del desarrollo. (Salas, 2013, p. 67-68) 


Resulta evidente que en esos enfoques el rol de docentes y estudiantes cambia radicalmente respecto de la propuesta vigente, así como la estructura y funciones de las instituciones educativas y del sistema educativo como un todo:

La concepción del personal docente como “facilitador” de los procesos de aprendizaje implica que debe crear ambientes de enseñanza para que el estudiantado construya su propio conocimiento y comprensión, desarrolle habilidades y destrezas para llevar a cabo tareas, y resuelva problemas en forma individual y en grupo, de manera creativa y autónoma. Estos modelos educativos ponen el énfasis en la actividad de la persona aprendiz y no en la del profesorado (Hernández, 1998; Flórez, 2000; Vizcarro y León, 1998).
(Salas, 2013, p. 69)


En los enfoques pedagógicos tradicional-transmisionista y conductista la actividad del proceso educativo se delega y concentra en el personal docente, mientras el estudiantado es pasivo y recibe información y conocimientos de manera acrítica. En consecuencia, debe repetirlos de forma mecánica en evaluaciones de diversa naturaleza, que van desde la oralidad hasta la prueba escrita, independientemente de si se trata de tareas individuales o grupales. El rol central del profesorado en estos enfoques conlleva una participación tangencial e incluso nula del alumnado; por el contrario,

Los enfoques educativos constructivistas hacen énfasis en las actividades de aprendizaje no en la enseñanza transmisionista, por lo que se requiere de una reconceptualización de lo que significa enseñar desde ese enfoque en contextos reales. En estas teorías se parte del supuesto de que el aprendizaje es posible sólo si se construyen ambientes de enseñanza con el objetivo de propiciar experiencias cognitivas de alto nivel, donde se promueva el trabajo colaborativo y la participación responsable, consciente y crítica. (Salas, 2013, p. 72)


Pese a sus diferencias, los enfoques pedagógicos piscogenético y sociocultural requieren de condiciones para ser posibles; entre ellas:
  1. Personal docente formado a partir de los enfoques pedagógicos de base epistemológica constructivista y, en consecuencia, con un conocimiento profundo de la teoría y la práctica educativa que les subyace.
  2. Trabajo docente colegiado e interdisciplinario.
  3. Énfasis en el diseño curricular contextualizado y fundado en la integración de contenidos y no en contenidos fragmentados y deshistorizados.
  4. Fortalecimiento y desarrollo de conocimientos y destrezas lingüísticas, tanto en el nivel oral como en lectoescritura en la lengua materna y otros idiomas culturalmente relevantes.
  5. Sistemas educativos flexibles, donde se fomente la creatividad de docentes y estudiantes, y se capacite de manera permanente al profesorado en el desarrollo de conocimientos y prácticas pedagógicas constructivistas.
  6. Grupos pequeños de estudiantes.
  7. Integración de grupos de trabajo de docentes y estudiantes, capaces de ocuparse en tareas académicas de manera colaborativa e individual para el desarrollo colectivo y psicosocial.
  8. Formación inter y transdisciplinar, donde se desarrollen habilidades cognitivas y metacognitivas de alto nivel.
  9. Evaluación de procesos e integral y no fragmentada, memorística y de productos.


Estos requisitos compartidos por ambos enfoques pedagógicos implican cambios profundos en sistemas educativos como el costarricense, que aunque se proclame "constructivista" dista mucho de serlo. Sólo revisen las estructuras administrativa y funcional del sistema educativo nacional altamente burocratizadas, el diseño del currículo y, en particular, la evaluación, evidentemente conductista y memorística, donde se asume que toda la población estudiantil, no importa su condición sociohistórica y biográfica, aprende lo mismo y, en consecuencia, lo reproduce de igual forma… a lo falso y verdadero, pareo, completado de frases o selección múltiple...


Parafraseando una de las obras de Les Luthiers, en nuestro sistema educativo se proclama que el estudiantado y el personal docente innoven, piensen y den espacio a la creatividad… pero, en clases hacinadas y organizadas como manda la lógica fabril: en filas y en silencio, para escuchar y copiar textualmente lo que dicta el profesor o profesora, y hacer tareas rutinarias con poco o ningún valor agregado, donde “el que piensa pierde”… 

Ustedes juzgarán si es utopía o realidad…, pero –digan lo que digan políticos y la política educativa- el constructivismo real no es viable en educación a partir de parches, discursos rimbombantes, evaluación tradicional de corte conductista e innovaciones que se traga el viejo sistema, para convertirlas en “más de lo mismo”… ¿Qué les parece?


Referencias bibliográficas

Salas, F. (2013). La integración de las TIC en la docencia en la UCR: estudio desde un enfoque sistémico-complejo del personal docente que se certificó en el curso Educar para el futuro, versión universitaria en el período 2003-2006. Tesis Doctoral. Doctorado Latinoamericano en Educación, Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica.





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